Una vez apartadas las mesas y las sillas del comedor donde se congregan los colegiales para las diversas comidas a lo largo del día, así como tras haber colocado los altavoces y demás hardware para poner música, el pasado jueves en el San Juan se celebró como viene siendo habitual año tras año, la fiesta de disfraces.
Acompañados de colegiales de la residencia María Inmaculada que aceptaron la invitación a asistir, se sucedieron unas horas de baile, música y diversión rematadas, también como viene siendo habitual; por el desfile de disfraces con premio al mejor disfraz.
Colegiales e invitadas con los disfraces más diversos desfilaron para optar al trofeo con el que galardonaba, en el primer desfile y en el posterior con los finalistas para decidir ganador.
Finalmente, como colofón de la noche, tuvo lugar la “subasta” de novatos, y no tan novatos; donde se pujaba por quien quiso presentarse, con el único fin de conseguir fondos para la segunda fiesta del curso.
En general, un jueves distinto a los usuales para disfrutar la noche de una manera un poco diferente de las usuales.